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Yo estoy
consciente que tengo muchas fortalezas, muchas áreas de mi vida donde soy muy
creativa y tengo buenas habilidades, sin embargo, las redes sociales, el
marketing, las ventas y yo, no encajamos muy bien.
Aún así me
ha tocado sacar la cabeza de mi huequito para que el mundo me vea, para poder
hacer el trabajo que vine a hacer y que tanto me apasiona. Con el tiempo he ido
leyendo, comprendiendo, y al parecer soy una mezcla de persona
extrovertida-introvertida: me gusta interactuar con personas, me gusta
conversar y hasta un tiempo me apasionó hacer arte en un escenario, pero fuera
de eso, me gusta el silencio, mi espacio personal, y muy importante, mi
privacidad.
Por otro
lado, siempre he visto las ventas con cierta desconfianza, tal vez “traumada”
de todo el acoso que he sufrido durante los años por malas tácticas de comercios,
y que ahora me cuesta olvidar.
Con esa
mezcla en la cabeza entré al mundo de las redes sociales hace unos años para
empezar a hablar de mi primer libro, de la ansiedad y los ataques de pánico. Hacía
lo que podía, lo que observaba de otr@s, y hasta vi uno que otro tutorial para
aprender a desenvolverme mejor en este nuevo orden del marketing.
Me costó, y
me cuesta todavía, lo admito. Tal vez empezando porque no soy una compradora,
normalmente gasto solo en lo que voy necesitando en la vida así que no sé muy
bien cómo piensa el comprador, que supuestamente es una pieza clave para todo
esto.
Sin
embargo, lo que me interesa más contarles es que a raíz de todo esto, este
proceso de aprendizaje, observar qué hacen l@s otr@s empezó a activarse una
parte en mi que estaba un poco oculta ya, que tal vez la había visto hace unos años,
no la había sentido hacía rato, pero me llega muy natural: la comparación.
Cada vez
que iba a estudiar los perfiles de otras personas que estaban haciendo lo mismo
que yo, salía completamente desmoralizada, débil y juzgándome por no ser tan
desenvuelta o extrovertida. También de los diferentes cursos y tutoriales de
marketing trataba de implementar sus reglas, la frecuencia de cada post, las
palabras que hay que usar, siempre con una imagen, utilizar símbolos,
animaciones, todo lo que llame la atención del lector, sin embargo, cuando
trataba de hacerlo siguiendo estos pasos terminaba no sólo sintiéndome como un
fracaso, sino que además demandaba de mí mucha energía para presionarme de
hacerlo de esa manera.
En general
se siente muy falso para mí, muy alejado de quien soy; porque sí me gusta compartir
lo que escribo, y sí me gusta hacer posts, pero muy de vez en cuando, muy
alejado de lo que los algoritmos de Facebook sugieren; pues cada vez que me
llega la inspiración, ya mi página ha quedado en el olvido y casi nadie verá lo
que con emoción tardé en preparar para tod@s.
Siento que esta
nueva era de las redes sociales ha abierto muchas puertas para que todo el
mundo se conecte y hagan crecer sus negocios y sus artes, he visto historias
increíbles de cómo con muy poco dinero, muchas personas han creado y compartido
sus talentos con millones de personas. Personalmente lo veo como un gran logro;
pero también nos lleva a algun@s, a estar en ese nivel también o quedar fuera
del juego y, lo que más me duele, es cuando perdemos la inspiración a causa de
la comparación.
Esos
momentos de iluminación son para mí los más preciados, es como si un rayo de
luz pasara rápidamente por mi cabeza y abre una oportunidad de mucha ilusión.
Se siente bien cuando un@ está inspirad@, es casi como estar enamorad@. De esos
momentos salen las obras más puras y más preciosas de la humanidad, porque es
cuando estamos conectados con nuestra verdadera esencia, con nuestra alma.
Con el
tiempo he tratado de buscar el balance, como con todo en mi vida, así que
encontré quien me ayudara a poder estar en buenos términos con los algoritmos,
pero al mismo tiempo, honrar mis tiempos, honrar que no siempre estoy inspirada
y que no debo forzarlo tanto o deja de ser placentero, además de auténtico,
creo yo.
También
trato de estar un poco alejada de lo que l@s otr@s hacen, dejar de compararme,
cada quien hace lo que puede, algunos con más talento que otr@s; y al ser tod@s
unic@s cada un@ tiene su estilo, su manera de hacer las cosas y está bien. Trato
de alegrarme por el éxito de otr@s y por la gente que llegará a ell@s y, al
mismo tiempo, saber que quien esté alineado a mi forma de trabajo llegará
también. Hay suficiente para tod@s los estilos y necesidades, pero
definitivamente lo compruebo cada vez más: lo importante para mí, sigue siendo
mi paz.
I amaware that I
have many strengths, many areas of my life where I am very creative and have
good skills, however, social media, marketing, sales and I, do not fit very
well.
Still, I had to
get my head out of my little hole so that the world can see me, so that I could
do the work that I came to do and that I'm so passionate about. Over time I
have read, understood, and apparently I am a mixture of extroverted-introverted
person: I like to interact with people, I like to talk and until very recently
I was passionate about making art on a stage, but outside of that, I like
silence, my personal space, and very important, my privacy.
On the other
hand, I have always seen sales with some distrust, perhaps
"traumatized" of all the harassment I have suffered over the years
because of bad tactics of some businesses, and that I now find it hard to forget.
With that mix in
my head I entered the world of social media a few years ago to start talking
about my first book, anxiety and panic attacks. I did what I could, what I
observed from others, and I even watched a few tutorials to learn how to
perform better in this new order of marketing.
It was hard for
me, and it still it, I admit it. Maybe starting with the fact that I'm not a
buyer, I usually buy only what I'm needing along the way, so I don't quite know
how buyer´s think, which is supposed to be a key piece to all this.
However, what
interests me more is that as a result of all this, this learning process, to
observe what the others do, it began to activate a part in me that was a little
hidden already, which maybe I had seen it a few years ago, and I had not felt for
a while, but it comes to me very natural: comparison.
Every time I went
to study the profiles of other people who were doing what I was doing, I came
out feeling completely demoralized, weak and judging me for not being as bubbly
or outgoing. Also from the different courses and marketing tutorials, I tried
to implement their rules, the frequency of each post, the words to use, always
with an image, use symbols, animations, everything that catches the reader's
attention, however, when I tried to do it following these steps, I ended up not
only feeling like a failure, but also drained, because it demanded from me a
lot of energy to pressure myself to do it that way.
In general, it feels very false for me, very far from who
I am; because I do like to share what I write, and I do like to make posts, but
very occasionally, far removed from what Facebook´s algorithms suggest; because
every time I feel the inspiration, already my page has been forgotten and
almost no one will see what with illusion I prepared for everyone.
I feel that this
new era of social media has opened many doors for everyone to connect and grow
their businesses and their arts, I have seen incredible stories of how with very
little money, many people have created and shared their talents with millions
of people. Personally I see it as a great achievement; but it also takes some
of us to be at that level too or to be out of the game, and what hurts me the most, is
when we lose inspiration because of the comparison.
Those moments of
enlightenment are for me the most precious, it is as if a ray of light passed
quickly through my head and opened up a chance of great enthusiasm. It feels
good when one is inspired, it's almost like being in love. From those moments
comes the purest and most precious works of humanity, because it is when we are
connected with our true essence, with our soul.
Over time I have
tried to seek balance, as with everything in my life, so I found who would help
me to be able to be on good terms with the algorithms, but at the same time,
honor my times, honor that I am not always inspired, and that I should not
force it so much or it will cease to be pleasant or authentic, I believe.
I also try to be a
little far from what others do, to stop comparing myself with them. Everyone does what they can, some with more
talent than others; and being all unique, every one has its style, the way they
do things and that's okay. I try to rejoice in the success of others and for
the people who will come to them; at the same time, know that whoever is aligned to my way of working will come too.
There is enough for everyone´s styles
and needs, but I definitely confirm it more and more with time: the important thing for me, it´s still my peace.