miércoles, 29 de noviembre de 2017

El Vuelo del Amor / The flight of love

(English below)

Agradezco a la vida, a mis guias, a mis padres, a las lecciones que he vivido, a las personas que me han querido. Agradezco los momentos difíciles y las pruebas, porque estoy donde estoy y soy lo que soy; con todo lo que eso significa: lo que he logrado y lo que me falta.

Estar en una prueba en este momento me hizo darme cuenta de muchas cosas: primero que soy muy bendecida, pues se me ha puesto un colchón por debajo, me llevan envuelta en plumas.

También porque me di cuenta que da fuerza y qué me la quita. Y lo que más me ha dado fortaleza es el amor: y en ese momento de tribulación fue específicamente el amor por alguien. El imaginar esa persona en su cama descansando me llena de valor, el imaginar su respiración, sus detalles, su dulzura; y entre más me entregaba a esa imagen, más sentía un calor agradable que recorría mi cuerpo. Sin embargo, no me quise detener ahí, y me dije: qué tal el amor por mí misma? Y al intentarlo siento la chispa de esa misma calma, pero no es lo suficientemente fuerte...aún. Se enciende pero la brisa más pequeña la apaga.

Siento que si logramos en algún punto de nuestras vidas, aunque sea por instantes, sentir un amor incondicional por todo y todos, no habrá espacio para el miedo. Si logramos inclusive que ese amor envuelva al miedo, con la intención de  amar el miedo, ya que si nuestra idea es amar para evitar el miedo estaremos cayendo en lo mismo; pero al amar hasta al mísmisimo miedo, ya no queda nada mas que la paz.

No me quedo ahí. Yo sé que es el siguiente paso, y el paso seguro. Poco a poco lo lograré. Lograré sostenerme con mi propio amor, el que sale y el que me devuelvo. Y aquí estoy, contemplando todo esto. Aunque me falte, aquí estoy y ya falta menos.



I thank life, my guides, my parents, the lessons I have lived, the people who have loved me. I appreciate the difficult moments and the tests, because I am where I am, and I am what I am; with all that that means: what I have achieved and what I lack.

Being in a test at this time, made me realize many things: first I am very blessed, because I have been given a "mattress" underneath, and I've been taken wrapped in feathers, through the dark times just as always.


Also because I realized what gives me strength and what takes it away. And what has given me the most strength is LOVE: and in thit moment of tribulation it was specifically love for someone. Imagining that person in their bed resting fills me with courage, imagining their breathing, their details, their sweetness; and the more I gave myself to that image, the more I felt a pleasant heat that ran through my body. However, I didn't want to stop there, and I said to myself: how about love for myself? And as I try I feel the spark of calmness, but it's not strong enough ... yet. It starts, but the smallest breeze puts it off.

I feel that if we manage at some point in our lives, even for moments, to feel unconditional love for everything and everyone, there will be no room for fear. If we even manage to make that love wrap up fear, with the intention of loving fear, because if our idea is to love to avoid fear, we will be falling into the same thing; but by loving even the very fear, there is nothing left but peace.

I don't  wanto to stop here. I know it is the next step, and the safe step. Little by little I will succeed. I will be able to sustain myself with my own love, the one that goes out and the one that returns to me. And here I am, contemplating all this. Even if I am just starting, here I am and less road lies ahead.

martes, 7 de noviembre de 2017

El Perro Amarrado / The tied up dog

(English below)

Nuestra mente es increíblemente poderosa, es una parte que muchas veces me gusta comparar con un motor de carro: unos con más aceleración que otros, y si no sabemos manejarlo correctamente, nos puede llevar muy rápido.

Sin embargo hoy, se me presentó la imagen de un perro amarrado. Vi un Rottweiler ladrando y ladrando sin parar, jalando de la cadena que lo sostenía; y cómo le tiramos un pedazo de carne de vez en cuando para que se calle, para tener unos minutos de paz y silencio.

Me vino esa metáfora cuando estaba escuchando a alguien pedirme repetidamente que le diera una razón, la lógica para poder entender algo; y en algunos momentos lo he hecho, trato de amoldar la respuesta de una manera que la mente entienda y se quede tranquila; pero hoy sentí: si sigo dándole carne a esta criatura, va a ser una solución, pero no es sostenible.

Y todos nos hemos encontrado es esos momentos donde la mente no nos deja tranquilos, ladra y ladra por horas, nos aturde y terminamos drenados y enojados contra ella. Entre más le gritamos al perro que se calle, más va a ladrar, y lanzarle de vez en cuando pedazos de razón y lógica ayuda, pero no para siempre.

Una de las frases que marcó un cambio en mi practica meditativa, fue escuchar que la mente nunca va a para de pensar, por qué? Por que es su naturaleza, es para lo que está hecha; y lo hace bien, pero nosotros hemos sido malos “dueños” y la hemos dejado abandonada y sin entrenamiento, por lo tanto, ha aprendido a ladrar y ladrar sin parar, especialmente cuando hay ansiedad y una sensación que debo estar siempre alerta y a la defensiva, como ese pobre Rottweiler.

Cómo domar esa bestia entonces? El primer paso siempre es la compasión, así como aplicamos amor a todas nuestras partes. Un perro que ladra y quiere atacar(nos) es porque en el fondo siente miedo. Tal vez fue atacado en el pasado, tal vez siente que en cualquier momento lo van a volver a atacar, y además, su actual dueño lo mantiene siempre amarrado y sólo le tira un bocado de vez en cuando para callarlo. Cómo va a estar tranquilo ese perro? Aquí es donde la compasión entra, tratar de entender de dónde viene ese miedo que provoca la insistencia de los pensamientos, ver más allá hasta llegar a ese dolor; y desde ahí comenzar a amar a ese pobre perro.

Una vez logrado este paso, podemos ir estableciendo la confianza, sí, la confianza hacia nuestra propia mente, y que ésta a su vez empiece a confiar en nosotros. Un perro también puede ser protección, guía, compañía, y sus ladridos en momentos correctos, pueden ser de mucha ayuda. De igual manera nuestra mente es una gran herramienta que puede llevarnos muy lejos como ese motor del que hablé al inicio, pero sin el entrenamiento correcto no será más que una tortura tanto para el dueño, como para el cansado animal.

Cuando ya hayamos ganado su confianza, podremos acercarnos y tocar el perro, empezar a adiestrarlo para que camine a nuestro lado, en vez de jalar siempre de la correa, para que se siente y se acueste en calma mientras trabajamos o meditamos; y por supuesto, nos alerte cunado algo anda mal.


No hay por qué pelearnos con nuestra mente-Rottweiler, sólo debemos entenderla y confiar en su propósito. Si logramos hacer esto tendremos un amigo leal para toda la vida.


Our mind is incredibly powerful, it is a part that I often like to compare with a car engine: some with more acceleration than others, and if we do not know how to handle it correctly, it can take us very fast.

However today, I was presented with the image of a tethered dog. I saw a Rottweiler barking and barking nonstop, pulling on the chain that held it; and how we throw a piece of meat at him from time to time to shut him up, to have a few minutes of peace and silence.

That metaphor came to me when I was listening to someone repeatedly asking me to give him a reason, the logic to understand something; and in some moments I have, I try to mold the answer in a way that the mind understands and remains calm; but today I felt: if I keep giving meat to this creature, it will be a solution, but it is not sustainable.

And we have all found ourselves in those moments where the mind does not leave us alone, it barks and barks for hours, it stuns us and we end up drained and angry against it. The more we yell at the dog to be quiet, the more it will bark, and throwing bits of reason and logic at it from time to time helps, but not forever.

One of the phrases that marked a change in my meditative practice was to hear that the mind never stops thinking, why? Because it is its nature, it is what it is made for; and it does it well, but we have been bad “owners” and we have left it abandoned and without training, therefore, it has learned to bark and bark without stopping, especially when there is anxiety and a feeling that I must always be alert and defensive , like that poor Rottweiler.

How to tame that beast then? The first step is always compassion, just as we apply love to all our parts. A dog that barks and wants to attack (us) is because deep down he is afraid. Perhaps he was attacked in the past, perhaps he feels that at any moment he will be attacked again, and also, his current owner always keeps him tied up and only throws a bite from time to time to silence him. How can that dog be calm? This is where compassion comes in, trying to understand where that fear that causes the insistence of thoughts comes from, looking further until you reach that pain; and from there begin to love that poor dog.

Once this step is achieved, we can establish trust, yes, trust in our own mind, and that in turn begins to trust us. A dog can also be protection, guide, company, and his barking at the right times can be very helpful. In the same way, our mind is a great tool that can take us very far as that motor that I talked about at the beginning, but without the correct training it will be nothing more than torture for both the owner and the tired animal.

When we have already gained his trust, we can go over and pet the dog, begin training him to walk beside us, instead of always pulling on the leash, so that he sits down and lies down calmly while we work or meditate; and of course, let us know when something is wrong.

There is no reason to fight with our Rottweiler-mind, we just have to understand it and trust its purpose. If we can do this we will have a loyal friend for life.

viernes, 28 de abril de 2017

Mi experiencia en un Temazcal / My experience in a Temazcal

(English below)

Hace unas semanas que escuche hablar por primera vez de Tata Kachora,  un aborigen Yaqui que vive en la montana antes de llegar al pueblo de Tecate, Baja California. Me hablaron de su sabiduría de 103 años y de cómo todavía mantiene vivas las costumbres de su gente.
Interesante me dije, y ahí lo deje pasar, aunque ya había quedado la semillita sembrada en mi.
Una mañana si estar en busca de nada en especial me encuentro con un el nombre de Tata de nuevo en internet, y no solo eso, hablaba de la ceremonia de temazcal que habría en dos días para la luna Llena. En ese momento supe que había llegado la hora de conocer al famoso Yaqui.
Tras investigar un poco más sobre él, me doy cuenta que su verdadero nombre es Juan, perdón, Don Juan, el mismo Don Juan de Carlos Castañeda…así es, este fue el maestro de Carlos Castañeda. Para este punto no había vuelta atrás, yo tenía que ir.
En el kilometro 13 exactamente, donde se levanta un árbol de encino, ahí es el desvío de la carretera. De ahí un par de kilómetros más entre perros y polvareda se llega  la casa de Tata. Nuestro carro, aunque es bajito e hibrido, logra llegar sin mayor problema.
Una casa de dos plantas con forma de choza de los Alpes nos recibe. Al bajarnos preguntamos de una vez por el Tata, que se encontraba sentado bajo la sombra de un árbol medicinal haciendo lo que más le gusta: contando historias.
Ahí entre perros jugueteando y visitantes primerizos nos cuenta las penurias de su nacimiento allá en la sierra por el estado de Sonora, las 4 esposas que ha tenido que enterrar y los 43 hijos que tuvo (dos ya fallecidos). Después cambia a hablar de las miles de plantas medicinales que conoce y utiliza con sus “pacientes”, y finalmente, pasa al modo preguntas y respuestas donde cuenta cual es el secreto de vivir una larga vida (no fumar, no tomar, comer de todo pero con moderación, excepto puerco y caminar, caminar mucho) también cual es el secreto de una relación de pareja (compartir todo) y nos adelanta que va poco a poco escribiendo su libro de plantas medicinales.
Mientras todo esto sucede, van llegando poco a poco sus alumnos y se van directo a trabajar al fondo de la propiedad, donde se erige el domo para el temazcal. La estructura se construye sobre un hueco que se hace previamente en la tierra, esta, está hecha de ramas amarradas en la que encima van capas y capas de telas. Una vez completada esta tarea, se comienza el fuego sagrado: una fogata donde se van a calentar las piedras que van en el hueco dentro del temazcal. Varias horas dura en ponerse rojas, mientras van acercándose personas con frutas para compartir y hierbas sagradas para ofrecer al fuego.
Al caer la noche, comienzan a alinearse los participantes: mujeres primero, todas con faldas largas y los hombros cubiertos y además ninguna puede ir si está en su Luna (periodo menstrual); después los hombres: todos sin camisa y en pantaloneta. A la entrada del domo, cada uno es ahumado con plantas medicinales y carbón del fuego sagrado, se toma un punado de ciprés seco y se lanza a la lumbre junto con una intención.
Se debe entrar gateando y de izquierda a derecha, llenando primero el fondo del domo. “Los primerizos bien pegados a la pared” indican, esto porque allí no pega tan de cerca el vapor caliente. Todos una vez adentro de cuclillas se preparan para la experiencia. Se escuchan algunas risas nerviosas en varias partes. Van metiendo cada piedra roja de calor, una por una, hasta que son 10 en el hueco y cierran la entrada con una cobija. El líder explica que vienen rondas de 20 minutos con cantos y horarios, al terminar cada ronda se abre la puerta y se carga con más piedras. Esto cuatro veces.
Mientras me sentaba al puro fondo del temazcal me decía: que estoy haciendo aquí? Me puedo salir en este momento, si me puedo salir, nadie me lo impide…pero por alguna razón quería quedarme. La mujer junto a mi me pregunta si es mi primera vez, a lo que respondo que sí, me indica que si siento que necesito aire fresco puedo poner mi cara sobre la tierra y dejar que la tierra fría me alivie. Se cierra la puerta y se pierde visibilidad total, empiezan los tambores y cantos aborígenes aprendidos por los discípulos mientras se echa agua mezclada con hierbas en las piedras incandescentes.
Empiezo a respirar entre mis piernas y siento…siento…no siento miedo! NO SIENTO MIEDO! Mis días de claustrofobia no asomaban ni la nariz en ese momento. Fue ahí donde empecé a repetirme: Soy valiente! Si soy valiente! Siempre pensé que era una miedosa pero en realidad soy valiente! Estoy metida en un domo caliente con 40 personas todas pegadas unas con otras, sin capacidad de moverme mucho y a unos 3 metros de la salida entre cuerpos y oscuridad: Soy de verdad valiente!
Risas mezcladas con lágrimas de felicidad empezaron a salir, y ahí si empecé a sentir: sentí amor, amor por todo y por todos. Eso es lo que está detrás del miedo: Amor!
Finaliza la primera ronda, cargan más piedras, cierran el telón, echan ms agua, empiezan mas cantos y oraciones y empiezo a darme cuenta que ninguna de todas las mujeres de mi linaje fueron miedosas, todas eran valientes conmigo en ese momento: Aho!
Se abre el telón, salgo de nuevo gateando, agradezco al temazcal, su gente, al fuego. Miro hacia arriba y el cielo está despejado, lleno de estrellas. Un peso menos de encima, lo logre! Me siento bien, me siento plena y llena de amor para compartir.



A few weeks ago, I heard for the first time about Tata Kachora, a native Yaqui who lives in the mountains before arriving in the town of Tecate, Baja California. They told me about his 103-year-old wise man and how he still keeps the customs of his people alive.

Interesting I said to myself, and I let it pass, although the seed had already been planted in me.

One morning, if I was looking for anything in particular, I found a name of Tata again on the internet, and not only that, I was talking about the temazcal (sweat lodge) ceremony that would take place in two days for the full moon. At that moment I knew that the time had come to meet the famous Yaqui.

After investigating a little more about him, I realize that his real name is Juan, excuse me, Don Juan, the same Carlos Castañeda's Don Juan ... that's right, this was Carlos Castañeda's teacher. At this point there was no going back, I had to go.

At kilometer 13 exactly, where an oak tree stands, there is the detour of the road. From there a couple of more kilometers between dogs and dust comes Tata's house. Our car, although it is short and hybrid, manages to arrive without major problem.

A two-storey hut-shaped house in the Alps welcomes us. When we got off we asked once for Tata, who was sitting under the shade of a medicinal tree doing what he likes the most: telling stories.

There, among playing dogs and first-time visitors he tells us about the hardships of his birth there in the mountains in the state of Sonora, the 4 wives he has had to bury and the 43 children he had (two already deceased). Then he shifts to talk about the thousands of medicinal plants he knows and uses with his "patients", and finally, he goes on to the question and answer mode where he tells us what is the secret of living a long life (not smoking, not drinking, eating everything but in moderation, except pork and walking, walking a lot) also what is the secret for a succesful romantic partnership (to share everything) and he tells us that he is gradually writing his book on medicinal plants.

While all this is happening, his students gradually arrive and go directly to work at the bottom of the property, where the dome for the temazcal is erected. The structure is built on a hole that was previously made in the earth, this is made of tied branches in which layers and layers of fabrics go above. Once this task is completed, the sacred fire begins: a campfire where the stones that go in the hole within the temazcal are going to be heated. It takes several hours to turn red, as people with fruits to share and sacred herbs to offer to the fire, approach.

At nightfall, the participants begin to line up: women first, all with long skirts and covered shoulders and also no person can enter on her moon (menstrual period); then the men: all shirtless and in shorts. At the entrance to the dome, each one is smudged with medicinal plants and charcoal from the sacred fire, they take a handful of dry cypress and throw into the fire along with an intention.

You must go in crawling and enter on a clockwise way aruont the fire, filling the bottom of the dome first. "First-timers well glued to the wall", they say, because the hot steam does not hit so strongly there. Everyone in squatting position, prepares for the experience. Some nervous laughter is heard in various parts. They put each red heat stone, one by one, until they are 10 in the hole and close the entrance with a blanket. The leader explains that 20-minute rounds are coming with songs and timelines, at the end of each round the door opens and the hole is loaded with more stones. This happens four times.

As I sat at the bottom of the temazcal I kept thinking: what am I doing here? I can leave right now, yes I can leave, nobody stops me ... but for some reason I wanted to stay. The woman next to me asks me if it is my first time, to which I answer yes, she indicates that if I feel that I need fresh air I can put my face on the ground and let the cold earth soothe me. The door is closed and total visibility is lost, the drums and aboriginal songs learned by the disciples begin while water mixed with herbs is poured on the incandescent stones.

I start to breathe between my legs and I feel… I feel… I don't feel fear! I DON'T FEEL FEAR! My claustrophobic days didn't even show their nose in that moment. It was there that I began to repeat myself: I am brave! Yes I am brave! I always thought I was fearful person but I'm actually brave! I am stuck in a hot dome with 40 people all glued together, without the ability to move much and about 3 meters from the exit between bodies and darkness: I am really brave!

Laughter mixed with tears of happiness began to come out, and there I began to feel: I felt love, love for everything and everyone. That is what is behind fear: Love!

The first round ends, they carry in more stones, then close the curtain, pour more water, start more songs and prayers and I begin to realize that none of all the women of my lineage were fearful, they were all brave with me in that moment: Aho!

The curtain opens, I crawl out again, I thank the temazcal, its people, the fire. I look up and the sky is clear, full of stars. I fell like a burden has disappeared from my shoulders, I did it! I feel good, I feel full and full of love to share.

Un día en la Cabeza de alguien con Ansiedad /A day in the Anxiety Head

(English below) ¿Qué hora es? Son solo las 5 de la mañana, lo que significa que me queda una hora y media para dormir. Tengo que hacer tanta...